Ya hemos tratado alguno de los factores que pueden influir en la fertilidad de las personas, como la polución. Pero sin duda, uno de los desencadenantes más evidentes de la infertilidad es algo muy habitual hoy en día: el estrés.
Y es que la ansiedad a la que estamos sometidos en nuestra vida diaria puede, según algunos estudios, reducir la cantidad de óvulos maduros de la mujer hasta en un 20% y la probabilidad de que estos sean fecundados en un 30%. En los casos menos graves el estrés puede dar lugar a dificultades para ovular o a ciclos menstruales irregulares, lo que tiene que ver con el aumento de la producción de prolactina. Pero además, el hecho de que el aparato reproductor femenino contenga receptores de catecolamina en respuesta al estrés puede afectar al transporte del óvulo y de los espermatozoides a través de la trompa de Falopio y alterar el flujo sanguíneo del útero.
Por supuesto, el estrés es igualmente perjudicial para la fertilidad masculina, pudiendo perjudicar la calidad del semen tanto en su cantidad como en calidad de los espermatozoides.
El estrés es un sistema de defensa de nuestro organismo para mantenernos alerta y preparados antes cualquier cambio que pueda darse en nuestro entorno. En su justa medida es, por tanto, necesario. El problema es que si a las dificultades para concebir de forma natural se le suman los nervios y la presión propia de los tratamientos de reproducción asistida, la tasa de fracaso aumenta. Procedimientos como la punción ovárica y la transferencia embrionaria, o los tiempos que pasan entre fase y fase hasta conocer el resultado también puede influir considerablemente en el estrés.
Por esta razón, es muy importante que aquellas parejas que estéis intentando un embarazo y decididáis pasar por un tratamiento de reproducción asistida aprendáis a controlar las emociones negativas y a gestionar los niveles de estrés en la medida de los posible para que esto no se convierta en un obstáculo para cumplir vuestros deseos de ser padres.
Éstas pueden ser algunas actividades útiles para evitar el estrés durante el tratamiento de reproducción asistida:
- Deporte: hacer un poco de ejercicio cada día hará que os sintáis más animados y ayudará a liberar las tensiones acumuladas.
- Yoga y otras técnicas de relajación: dedicad tiempo a conocer mejor vuestro cuerpo, ya que esto favorecerá el equilibrio interior. Además, diversos estudios revelan que el yoga ayuda a mejorar la flexibilidad, reducir el dolor físico y a estimular el sistema circulatorio.
- Actividades al aire libre: estar en contacto con la naturaleza es una excelente opción para recuperar fuerzas y llenarnos de energía. Además hacerlo acompañados es un aliciente.
- Ocio: haced actividades que os gusten (tanto individualmente como en pareja) para divertiros y desconectar de todas las preocupaciones que tenéis en la mente y que tienen que ver con el deseo de tener un bebé.
Recuerda que en iGin nos hemos propuesto que junio, mes de la fertilidad, pueda servir a muchas parejas para analizar el estado de su salud reproductiva y su capacidad fértil. Por eso durante este mes ofrecemos de forma gratuita un completo estudio de fertilidad en el que se incluye una analítica del semen del hombre. Sólo tienes que pedir tu cita: aquí tienes toda la información. ¡Te esperamos!