Si de forma habitual la alimentación debe ser un pilar saludable en nuestra vida, con más razón aún cuando estás embarazada, puesto que será fundamental en el desarrollo óptimo del bebé.

Comer bien, variado y saludable va a ser clave para tener un embarazo saludable, con independencia de la semana de gestación en que te encuentres. Estos meses tendrás que cubrir unas necesidades algo distintas. No se trata de “comer por dos” sino de comer “para dos”.  Especialmente en nutrientes que provengan de alimentos de calidad

Para ello lo mejor es llevar una dieta variada, equilibrada y completa. Una que os aporte todo lo que necesitáis sin perder el control sobre el aumento de peso. En iGin te ofrecemos los siguientes consejos para ayudarte con ello.

1) No comas de más, come mejor

Aunque cada caso es particular, en los dos primeros trimestres lo habitual es llegar a las 2.000 calorías diarias. Para el tercero deberías incrementar tu dieta en 300 calorías más. Cereales, pasta y pan deben ser la base de tu alimentación, incluyendo además una buena cantidad de fruta y verdura. Aunque no están prohibidos, no te excedas con los alimentos hipercalóricos, dulces o grasos.

2) Buenos nutrientes

Debes asegurarte de obtener una serie de nutrientes imprescindibles para un correcto desarrollo del bebé. Alimentos ricos en ácido fólico (previene defectos congénitos), hierro (para la formación de los glóbulos rojos), calcio (para el desarrollo óseo) y yodo, así como vitaminas y omega 3 (presente en pescado azul o nueces), pero no en grasas. Y no olvides las proteínas de carne y pescado.

Tampoco temas comentar con tu médico la posibilidad de que no estés cubriendo estos nutrientes mediante tu dieta; es bastante habitual tomar suplementos nutricionales.

3) Vigila el peso

Es evidente que vas a aumentar tu peso. Es lo saludable. Pero este aumento debería situarse entre los 9 y los 12 kilos, garantizando así un buen crecimiento del bebé y conservando tu salud. Recuerda que un exceso de peso puede acarrear complicaciones en el embarazo y en el parto.

El aumento de peso es desigual durante los meses del embarazo. Lo normal es que durante el primer trimestre apenas sea apreciable, y en cambio al final es cuando más se suele ganar.

Recuerda: controlar el aumento de peso puede ayudarte a evitar complicaciones como la hipertensión arterial, diabetes, nacimiento prematuro, hemorragias o preeclampsia.

4) Raciones a lo largo del día

En vez de hacer comidas abundantes, distribuye tu comida en varias raciones al día. Con ello conseguirás mejorar la digestión o la acidez de estómago, problemas típicos del embarazo. Para los tentempiés de entre hora, los lácteos, las cereales y las frutas son tus mejores aliados.

5) A evitar…

Ciertas enfermedades pueden ser muy peligrosas para el bebé, como la toxoplasmosis. Y muchas se transmiten a través de ciertos alimentos. Lo mejor es evitarlos y seguir ciertas medidas higiénicas.

  • Para tomar embutidos crudos con tranquilidad conviene congelarlos. Lo mismos sucede con el pescado crudo.
  • Las verduras y hortalizas deben limpiarse con agua y unas gotitas de lejía apta para alimentación.
  • Es importante cocinar bien todos los alimentos. Procura no consumir ahumados.
  • No son recomendables los quesos blandos ni de pasta enmohecida o con vetas azules. Confía siempre en los pasteurizados. 

6) Una buena hidratación

Es recomendable aumentar entre 0,5 y 1 litro la ingesta de líquidos. Y es que beber agua y otras bebidas (no azucarados preferentemente) es bueno para mantener una adecuada hidratación. Mejorarás tu digestión, eliminarás toxinas y aliviarás algunas molestias típicas del embarazo como el estreñimiento.

Eso sí, olvídate del alcohol. Pocas cosas hay más dañinas para el desarrollo del bebé.

7) Cocina sana

La plancha debería convertirse en tu mejor amiga en la cocina. Es una forma muy saludable de preparar los alimentos, sobre todo carnes, pescados y verduras. Si quieres, también puedes probar a cocinar al vapor para darle mayor variedad a tu dieta.

Los fritos deberías controlarlos, restringiéndolos lo máximo posible. Y cuando los hagas, procura que sea con aceite de oliva (contiene antioxidantes y ácido oleico). Y no lo reutilices.

Evita asimismo el exceso de sal, y utiliza el limón en lugar de vinagre para condimentar las ensaladas: la vitamina C contribuye a la absorción de nutrientes.

8) Adopta las buenas costumbres para siempre

Todos estos hábitos saludables que has ido implementando en tu dieta debido al embarazo deberían prolongarse una vez des a luz. No sólo porque después del embarazo llega la lactancia y en ella tu alimentación es también clave, sino porque una alimentación sana y equilibrada te ayudará a disfrutar con mayor energía de los intensos y preciosos retos que tendrás en adelante con la crianza de tu bebé. Y además estarás empezando a darle ejemplo.