A la ilusión por haber conseguido el tan ansiado embarazo, se le une inmediatamente una nueva sensación: las dudas ante lo desconocido. Queremos tenerlo todo bajo control, que todo salga bien. Y es normal hacerse preguntas.

Resolvamos las más frecuentes para terminar con esa inquietud. 


¿Debería notar algo al comienzo?

No te preocupes si los primeros días o semanas no sientes grandes cambios en tu cuerpo. Que todo siga como siempre no es una señal negativa. Algunos cambios son imperceptibles. Y muchas mujeres no sienten nada hasta el primer mes de embarazo.


¿Cuándo se empieza a mover el bebé?

La media está en torno a la semana 20 ó 21. Los primeros movimientos de tu bebé serán leves, pero según avance la gestación notarás que se vuelven más frecuentes y evidentes. Ten en cuenta que cada embarazo es distinto: hay bebés muy movidos, otros menos. Hay mamás muy sensibles a los movimientos, otras menos. No te obsesiones, no suele haber una constante.


¿Qué pruebas debo realizarme?

Lo habitual es llevar a cabo tres ecografías básicas: en las semanas 12, 20 (la morfológica, en la que se estudia la anatomía del bebé) y 34, aproximadamente. También se realizan análisis de sangre y de orina trimestrales, aunque la periodicidad puede variar en función de tu estado o posibles condicionantes, como padecer diabetes, por ejemplo.


¿Cuándo se conoce el sexo del bebé?

La ecografía morfológica, realizada entre la semana 20 y 22, suele ser la que nos permite ver si es niña o niño. Suele ser relativamente sencillo comprobarlo, aunque dependerá de la posición del bebé en ese momento. También se puede saber si realizas un test de ADN fetal, sobre la semana 11 ó 12.


¿Debo hacer cambios en mi alimentación?

Comer bien, variado y saludable es importante. Estos meses tendrás que cubrir unas necesidades algo distintas. No se trata de “comer por dos” sino de comer “para dos”.  Especialmente en nutrientes que provengan de alimentos de calidad

En los dos primeros trimestres lo habitual es llegar a las 2.000 calorías diarias. Para el tercero deberías incrementar tu dieta en 300 calorías más. Cereales, pasta y pan deben ser la base de tu alimentación, incluyendo una buena cantidad de fruta y verdura. Vigila los alimentos hipercalóricos, dulces o grasos. No pierdas el control sobre el aumento de peso.

Ciertas enfermedades pueden ser peligrosas para el bebé, como la listeriosis o la toxoplasmosis. Y algunas se transmiten a través de los alimentos.

  • Para tomar embutidos crudos con tranquilidad conviene congelarlos. Lo mismos sucede con el pescado crudo.
  • Las verduras y hortalizas deben limpiarse con agua y unas gotitas de lejía apta para alimentación.
  • Es importante cocinar bien todos los alimentos. Procura no consumir ahumados.
  • Evita los quesos blandos, de pasta enmohecida o con vetas azules. Confía siempre en los pasteurizados. 

En este artículo profundizamos en el tema.


¿Es normal engordar?

No sólo es normal, es que así debe ser. Lo recomendable es subir de 9 a 12 kilos. No obstante, ten en cuenta que cada cuerpo es distinto y habrá variaciones en función de tu peso de inicio. Sigue las indicaciones de tu médico al respecto.


¿Son recomendables los suplementos alimenticios?

Sí, son frecuentes y tu ginecólogo te los recetará. Los más habituales son el ácido fólico y el yodo. Y en función de los resultados de tus análisis pueden indicarte otros.  


¿Se puede hacer deporte?

Sí, y además es recomendable realizar una actividad física moderada. Recuerda que debe ser moderada, y nada de deportes de contacto o de alta exigencia. Tendrá beneficios tanto para ti como para la salud de tu bebé.


¿Se pueden tener relaciones sexuales?

Sí, siempre que te sientas cómoda y no te ocasione molestias. Además de generar hormonas recomendables como la oxitocina y mantenerte en forma, te ayudarán a relajarte e influirán en tu autoestima. No obstante, sigue las indicaciones de tu ginecólogo, ya que hay casos excepcionales (como los embarazos de riesgo, placenta previa o amenaza de parto prematuro) en los que puede ser necesario evitarlas.


¿Puedo viajar?

A menos que sea una gestación de riesgo, no hay motivos para no viajar. En cuanto al avión, si tu embarazo no ha sufrido ningún tipo de complicación, durante los primeros meses puedes volar sin problema alguno. Pero en caso de que tengas la tensión alta, hayas sufrido sangrados o seas diabética, un vuelo puede suponer un esfuerzo apreciable. Antes de hacerlo deberías consultarlo con tu médico, para que evalúe la situación y te dé las indicaciones precisas.

Y si la fecha del parto está próxima, tal vez lo mejor sea posponer el viaje.   


¿Qué tipo de ropa debo utilizar?

Ve cómoda y a tu aire, no te sientas obligada a cambiar tu estilo. Eso sí, evita la ropa ajustada, ya que suele generar desajustes circulatorios. Si es ocasionalmente, no hay problema.


¿Cuánto tiempo puedo seguir trabajando?

Si las condiciones y el tipo de trabajo son adecuadas, la actividad laboral no es un riesgo. Así que va a depender de qué trabajo realices y de cómo progrese tu embarazo. Consulta con tu médico y con el servicio de prevención de tu empresa para evaluar la situación y tomar medidas si fuera necesario.


¿En qué casos debería ir a urgencias?

Aparte de las consultas que tengas con tu médico, no tengas ningún problema en acudir al servicio de urgencias del hospital más cercano ante alguno de estos casos:

  • Pérdida de sangre o fluido vaginal.
  • Dolor abdominal que vaya a más.
  • Contracciones uterinas regulares antes de la semana 37.
  • Golpes o caídas sobre tu abdomen. Es recomendable revisión aunque no te sientas mal.
  • Fiebre elevada, dolor de cabeza intenso, vómitos o diarreas.
  • Molestias urinarias
  • Ausencia de movimiento del bebé a partir del quinto mes.


Si tienes cualquier duda sobre tu embarazo o piensas que podemos ayudarte en una consulta, ponte 
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