La infertilidad puede ser un tema delicado y emocionalmente doloroso, pero no tiene por qué vivirse de forma anónima y solitaria. Si sabes de alguien cercano a ti que esté lidiando con ella, es importante que sepa que tiene tu apoyo y comprensión. Te dejamos algunos consejos.
• Escucha activamente y muestra empatía. Permítele hablar sobre sus sentimientos, inquietudes y miedos sin juzgarlos o minimizar sus emociones. Contar con alguien de confianza en quien volcar los sentimientos puede ser un alivio enorme. Intenta estar a su lado, apoyando y comprendiendo.
• Ofrece ayuda práctica. A menudo, las mujeres o parejas que tienen problemas de fertilidad o están en tratamiento pueden sentirse abrumadas por la cantidad de citas médicas, analíticas o intervenciones que deben afrontar. Ofrece tu ayuda para asuntos prácticos: ocuparte de algún recado, acompañar a una de las consultas, etc.
• Respeta su privacidad. La infertilidad es un tema muy personal y muchas personas prefieren mantener su situación en privado. Asegúrate de respetarlo y no divulgues información sobre ello sin su consentimiento. Además, si no quieren compartir algún evento o celebración, compréndelo y no ejerzas presión.
• Evita comentarios inapropiados. Pueden llegar a herir o incomodar. No hagas preguntas sobre su vida sexual o sus planes de tener hijos. Y no intentes restar importancia con comentarios como "¡Al menos no tenéis hijos todavía!".
• No traslades las experiencias de otras personas. Solemos dar consejos apoyados en historias que conocemos (“Conozco a una pareja que cuando dejaron de buscarlo, lo consiguieron”). Lo único que conseguimos con esto es aumentar el estrés y herir por comparación.
• Reconoce su esfuerzo sin avasallar. Los ánimos son muy bienvenidos, pero intenta no profundizar ni inmiscuirte demasiado si no te dan pie a ello.
• Prescinde de los temas sensibles. No es momento de comentar embarazos ajenos, abortos, nacimientos… Todo lo relacionado con la maternidad puede generar emociones negativas y frustrantes.
• Ofrece planes. Es un buen momento para que propongas ideas de ocio, salidas o entretenimiento. Ir a cenar a un restaurante, el cine o incluso una visita cultural puede servir para evadirse y recargar pilas. Eso sí, si rechaza estos planes no te lo tomes como algo personal y no busques excusas. Simplemente, igual no es el momento o tiene alguna obligación.
En resumen, sólo con un poco de empatía y ganas pueden ser de gran ayuda para aliviar la carga emocional de esa persona o pareja cercana y hacer que se sienta menos aislada e incomprendida. Te lo agradecerá e incluso puedes contribuir a lograr su objetivo.